La sala espai.inf (hall del edificio 1E) de l’Escola Tècnica Superior d’Enginyeria Informàtica de la Universitat Politècnica de València (UPV) acoge hasta el próximo 29 de octubre la exposición de arte “La voz de mis silencios”, del pintor y escultor valenciano Vicente Marzal.
El autor cuenta con una diversidad funcional de carácter auditivo. Es por ello que en sus representaciones utiliza como metáfora y fuente de inspiración el paso de cebra (líneas blancas frente a un asfalto negro) sobre algunas explosiones de colores donde representa, en distintas figuras, la voz y sus sonidos. El autor explica esta idea de la siguiente manera: “Así lo entiendo, y así es mi mundo. Un mundo dividido en dos columnas opuestas bajo las que agrupar todos los conceptos: blanco, silencio, luz; negro, sonido y sombra.
Marzal, en alguna ocasión, ha contado una experiencia propia personal sobre el momento en el que encuentra el simbolismo del paso de cebra como una salvación, un artefacto y espacio de protección hacia su manera de contemplar el mundo. “Un día andaba distraído y estuve a punto de cruzar un semáforo en rojo. Los coches pitaron pero yo no podía oírlo. Entonces mi madre me paró con la mano. En ese momento vi ante mí un paso de cebra, una serie de franjas blancas sobre el fondo negro del asfalto. Y comprendí que ese contraste me protegía.” El autor asegura que este simbolismo es “una forma de encontrar el lugar que me pertenece en el mundo a través de lo que me diferencia de ese mundo.” “Esa búsqueda es lo que plasmo en mis obras. Encuentro en mi discapacidad un filtro por el que ver y entender la vida.”
La exposición tiene como principal protagonista en sus obras la rana. Este animal es, para el artista, una representación de la voz. Marzal define a este símbolo como “Mi guardián del sonido, intrépida, audaz, misteriosa, que cuida del sonido, que vigila agazapada cada color”. Vicente Marzal ha logrado encontrar en su deficiencia auditiva una inspiración, una musa en la que reflejar y representar lo que es para él la vida. Un método de superación y de convivencia que elimina los límites y barreras en el mundo del arte.
Sobre la exposición:
En la obra de Marzal se encuentran algunas referencias que abordan sus obras. El color negro, muy presente en sus trabajos, representa el sonido, el ruido y la sombra. Mientras que, en oposición, el color blanco se refiere al silencio y a la luz. Esta dualidad cromática la define así: “Para mí que nací sordo no hay escala de grises posible: hay sonido o no lo hay. Las cosas son blancas o negras. Tan simple. Y tan complejo.”
El autor integra también otros colores que sirven como imagen de las emociones, a la vez que contextualizan el sentido del ruido. Intervienen los rojos, con motivo de nerviosismo y los verdes, representando la alegría. Ambos coinciden en ser los colores comunes a los semáforos.
Una exposición llena de sensibilidad, arte y superación.
El pasado 28 de septiembre a las 12:30h celebramos su inauguración oficial y compartimos arte y momentos junto a Vicente Marzal
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